Vivimos en un mundo lleno de diversas creencias, dentro de cada quién existe un lado positivo y uno negativo, no porque uno sea mejor o más bueno, es simplemente un equilibrio de fuerzas que determinan nuestras acciones. Para efectos de este cuento corto, le llamaré al primero Amor y al otro Muerte. Si hubiese una guerra entre ambos, ¿quién crees que ganaría?
El Amor y la Muerte existen porque existe libertad en la elección de nuestras acciones y con cada decisión hacemos a una de las dos más fuerte. La Muerte se relaciona con los aspectos en donde decidimos ponernos primero, a costa de los demás. Es un lado centrado en uno mismo, de por sí no es malo, puesto que habrá situaciones que para lograr ciertos objetivos en la vida, será importante pensar en uno mismo. El amor, en contraste, es la suma de nuestras acciones realizadas pensando en otras personas.
La leyenda
Cuenta la leyenda que dentro del alma de cierto ser humano, el Amor y la Muerte se encontraron, puesto que estaban destinados a conocerse. El Amor tomó la iniciativa y, usando sus más destacados atributos, intentó enamorar a este curioso ser, sin embargo la Muerte fue rápida, sus celos ante un ser aparentemente perfecto fueron tan grandes que, usando su macabra habilidad innata, robó el alma del Amor, dejándolo vacío: un cuerpo muerto, la luz se extinguió y el alma del ser humano entró en tinieblas. Pero, el amor no dejó de existir, llenó el vacío en la muerte dándole una consciencia. La Muerte al seguir su camino y continuar queriendo robar vacíos en las personas, inicio una interminable lucha contra la consciencia que adquirió. Tardó en darse cuenta del error que había cometido, en su afán por ser verdadero a sí mismo, había generado un cambio en contra de su naturaleza del cual nunca podría recobrarse. La consciencia que había obtenido, no le permitía pensar en sí mismo para tomar decisiones, la empatía que ahora tenía le permitía sentir las emociones de todo a su alrededor y le costaba tomar acción alguna, eso que alguna vez lo fortalecía, ahora lo debilitaba.
Por otro lado, el cuerpo del Amor había perdido su habilidad para poder sentir o percibir su entorno, divagaba por la oscuridad al no tener sentido alguno. Sin embargo, dentro de ese plano negro despertó la consciencia por sí mismo, y con ésta inició un proceso en el que fue consciente de su «ser». Al principio, no entendía qué era él, o cuál era su sentido en su existencia. Con el paso de los días, descubrió que con esa nueva habilidad era posible percibir su entorno, pero de una forma totalmente diferente a la que había vivido antes. Si antes podía percibir el mundo a través de las emociones ajenas, ahora podía pensar y crear lo que imaginara si se lo proponía. No era necesario vivir de otros, podía hacerlo de sí mismo. Pero, a pesar de poder obtener cualquier cosa material, eso no reemplazaría jamás las sensaciones que había vivido antes. El poder del Amor, era disfrutar de cada sensación, ya sea negativa o positiva, ese flujo de emociones le daban una sensación de vida única, incomparable a lo que ahora percibía.
Llega el día, en donde el Amor se encuentra con la Esperanza, una tercera entidad que normalmente no es considerada dentro de los polos opuestos, pero que suele consolar y despertar cambios. La esperanza brinda confianza y certeza de alcanzar metas, por ende ambas son compatibles, la esperanza es la motivación perfecta, dado que es perpetua, así el Amor puede anhelar materializar todo su ser y ambos descubren en su encuentro que pueden alcanzar su máxima expresión.
Cuando sucede dicho encuentro, los instintos básicos del cuerpo vacío del Amor endulzan a la Esperanza, el poder secreto del amor es abrir la puerta más escondida de otros seres, llegando al punto en dónde muestra su esencia en el más puro estado. La Esperanza comparte su virtud al vacío del Amor, dándole la oportunidad de sentirse capaz de recuperar su original ser. Mientras que la Esperanza vuelve a iniciar su rumbo.
El Amor está hecho para dar y cosechar amor, su cuerpo siguió actuando de esa misma manera, hasta que logró recuperar la luz que había perdido. Mientras que la Muerte por más que trató y trató no pudo darle fin al amor que había robado, pronto se dio cuenta que había hecho lo único que no podría destruir. La Muerte al darse cuenta de eso, deja de funcionar como tal. En este punto, el Amor impulsado por la luz de la Esperanza, se reencuentra con la Muerte. Al darse cuenta, ambos se buscan, siendo ya consciente de lo que perdieron y quieren recuperar. Sin embargo, es tarde para ambos, no se puede recuperar lo entregado, la única forma es que inicien una relación en armonía donde se fortalezcan, entregando al otro el producto de sus habilidades adquiridas. Finalmente, el alma del ser humano recobra la luz y vuelve a funcionar.
Cada vez que sentimos que tenemos una lucha interna, es porque estos dos seres han tenido sus diferencias y han vuelto a alejarse, cada vez que nos recuperamos de los obstáculos de la vida, estos dos han vuelto a unir fuerzas. Deja entrar al amor en tu vida, y encuentra el equilibrio entre ambas partes, no niegues a ninguna. Tu sexto sentido, tu intuición te dirá si sucede, date un tiempo para escucharlas y dales la esperanza de que todo cambiará para mejor.