No estás solo, a muchos de nosotros nos ha pasado alguna vez, ya sea siendo el que hiere o el que recibe el corte de una traición. Es duro cuando descubres entre las capas y máscaras de lo que tu creías era la verdadera apariencia de la persona que amas, cuando de repente divisas que hay alguien más detrás. ¿Por qué? Hay muchas teorías que encontrarás en muchas fuentes que explican la necesidad del hombre infiel por conquistar diferentes territorios, complejos o problemas psicológicos, depresión, huellas del pasado, etc. En este artículo no pretendo decirte por qué sucedió, cada uno tiene sus propios motivos y escenarios. Hoy, te transmitiré lo que me pasó y como considero que ahora debí actuar para enfrentar esas situaciones.
Cuando descubres que algo no te cuadra, normalmente lo haces de pura casualidad, puede ser a través de un mensaje en un momento inoportuno, ves una frase que no encaja, una expresión que solo podrías decirle a tu flaco pero que no enviste tu. Ves mensajes de números desconocidos que le escriben a horas tardías de la noche, o últimas conexiones de whatsapp que no puedes explicar. A veces puede tomar forma de una distancia inesperada y otras por un backup de imágenes que encontraste en su PC que jamás habías visto y que tienen fecha de haber sido creadas durante el tiempo que ya estaban juntos.
Ante la duda
Cuando algo no tiene sentido, ese sentimiento al tratar de ahogarlo solo crecerá más. Este te puede provocar hurgar entre sus cosas, con el propósito de encontrar algo que te dé más pistas de lo que aconteció ¿o que no pasó? Vivir en la duda, te va matando poco a poco, primero tratas de creerle nuevamente pero la confianza no se construye en un día. Todos nosotros cuando conocemos a alguien y nos enamoramos creamos una ilusión de confianza que nos deja paso a poder entregar cosas que de lo contrario no haríamos racionalmente, sin embargo eso con el tiempo se va mermando y es reemplazado con acciones y reacciones que sustentan la confianza, la cuál se fortalece. Sin embargo, sigue siendo una capa delgada y fina que ante el más mínimo detalle se parte, pues a fin de cuentas, solo conoces una parte de la persona, lo que él te dejó ver. La primera impresión es un goce hermoso y a la vez tan doloroso, pues ves el máximo esplendor del otro, pero donde puede ocultar una de las más duras y oscuras intenciones.
Es cierto que sería mejor contar con evidencia para poder encarar una infidelidad, porque a nadie le gusta equivocarse, nadie quiere que lo vean como un loco y carecer de sentido. Nadie desea perder en la batalla, una lucha de egos constante endulzada por abrazos y besos, que encierran una verdad. Este es el primer gran miedo que tenemos que enfrentar, pues por eso es que tratamos de encontrar rastros de algo que podría ya haber sido evidente, pero una parte de nosotros quiere creer lo contrario. En ese proceso cuando esperas a la siguiente vaga oportunidad de descubrirlo va a hacerte ser un trasgresor de la confianza que le tienes a tu pareja. La primera fue casualidad, la segunda y tercera ya no. Se vuelve casi una obsesión tóxica por saber una verdad que voló en la imaginación y que puede no existir, una ilusión de un momento malinterpretado o tal vez una desconfianza que crece a modo de una espesa niebla entre ambos.
Dicen que el miedo es el inicio del lado oscuro y pues en este caso, aplica. Al no enfrentarlo, te comienza a consumir la duda. Para disiparla lo mejor es ser sincero, respirar profundamente y saltar sin temor a perder todo. Porque aunque lo pierdas todo, habrás dejado atrás para siempre lo que te retenía a cambiar. Por eso lo primero que debes hacer, ante esta situación de una probable infidelidad es llenarte de valor y decirle a tu pareja lo qué ocurrió, compartir tus sospechas y pedir una explicación.
Primera encrucijada
Dicen que el tiempo no para, pues es en este momento que debes soltarte y describir tus miedos, estar vulnerable y que el aire a tu alrededor se vuelva tan frío que te haga temblar y entumecerte. Pueden pasar dos cosas:
- Escenario #1: Que te diga que te fue infiel. [TERMINAR]
En ese momento lo mejor es mantener un semblante sereno, pues de nada servirá derrumbarte, emocionarte, llorar lágrimas, pregúntale por qué lo hizo, qué lo motivo, entiéndelo. No para que regreses con él, pero para que te des cuenta del hombre que hay detrás de la máscara. Toda la información que puedas levantar en este punto te ayudará a superarlo luego. Si solo tratas simplemente de olvidar, puede que corras el riesgo que la bomba eclosioné frente a ti y termines sintiéndote culpable tú. Lo mejor es saber y pisar tierra firme. - Escenario #2: Que lo niegue [CONTINUAR]
En este punto, te dará una explicación al respecto, pero pase lo que pase no puedes caer tan fácil. Algunos dirán, es la «confianza», ¿si se pierde a donde vamos? Tómalo como lo que es… pura mierda. Cuentos baratos para que dejemos las cosas donde están y no veamos más allá. Lo que va a pasarte, si le crees en este punto, es que nunca sanarás tu herida, tus dudas y terminarás ahogando el amor que sientes por esa persona, tal vez actuando igual. Porque las emociones siempre encuentran la forma de liberarse, si no las expresas adecuadamente.
Segunda Encrucijada
Las cosas se ponen más tensas, ya no hay marcha atrás. En este punto te queda sacarle la máscara, aquí aparece el segundo gran miedo, aquel que te provoca estar tan cerca de la verdad y a la vez tan lejos, pues todo dependerá de su respuesta. Le pedirás su celular y te volverás a enfrentar a dos escenarios probables:
- Escenario #3: Hora de la verdad [REPARAR]
Buscar en su celular por aquellos mensajes que viste u otra historia oculta, es una adrenalina que te mantendrá extasiado, mientras sientes sus ojos penetrantes midiendo cada aliento que exhalas, mientras tu respiración se agita y comienza la sudoración. Si encuentras algo concluyente, regresa al Escenario #1. Caso contrario logres darte cuenta que fue una falsa alarma, entonces habrás forzado tu camino hasta lo más profundo de su privacidad y eso también tiene un precio, en este momento lo mejor es que ambos estén juntos, conversen a sus anchas y puedas reparar la tela que fue resquebrajada que los cubría para sobrevivir.
No es fácil para un ser humano tener que abrirle a otro su intimidad de una manera tan abrupta y aún así finalmente haya sido consentida, siempre dejará estragos. Hará falta mucho cariño y afecto, una vez puedas disipar tus dudas y darle a tu relación una confianza renovada que deberás liderar, pues habrás perdido gran parte de ella, pero es un sacrificio que se puede recuperar con tiempo y amor. - Escenario #4: Que lo vuela a negar [TERMINAR]
Existe la posibilidad que se niegue a hacerlo, todos tenemos derecho a nuestra privacidad, ¿Es que no confías en mí? Pues la verdad es que no, si llegan hasta este punto es porque no sucede, sean cuales fuesen las circunstancias que te llevaron hasta este punto, no podemos pretender que el amor se construya todo en base una ilusión. La confianza es algo que se construye con una base sólida, no se da por sentado y si ya sospechas de la otra persona porque viste algo raro, es necesario que aclares tu mente con la verdad. ¿Por qué alguien ocultaría una verdad que no justifica hacerlo? Es porque algo esconde. Más allá de que todos escondemos cosas y nos gusta la privacidad, desde el momento en que inicias una relación de pareja, te entregas a la posibilidad de compartir tus espacios más íntimos, puede que nunca llegue el momento en donde sea necesario, pero cabe la posibilidad de verse en una situación así. Es también una responsabilidad en una relación de dos, hacer que el otro se sienta cómodo y en confianza. Sin exageraciones, pero si hay un momento clave en donde puedes dar luz sobre una situación en particular y aclarar algo ¿Por qué no? Puede ser un tabú y la gente suele horrorizarse con la idea. Pero las cosas claras, a menos que puedas saber a ciencia cierta que no pasó nada, ninguna otra cosa va a poder quitarte esa duda. Y eso mata, poco a poco, pero te acaba. Ya sea que busques refugio en brazos de otro y seas ahora tú el infiel o que sufras en silencio por una traición y que poco a poco desintegres tu salud mental y emocional. Poco a poco recurriendo a la violencia verbal u de otra índole para mantener a la otra persona lejos y cada vez más lejos. Necesitas pensar en qué es lo mejor. Ningún camino es fácil cuando te enfrentas a esta situación, pero algo debes hacer. Si te niega indagar en su intimidad, aun viendo la situación en la que te encuentras, entonces la probabilidad que oculte algo de ese tipo es mucho mayor. Lo mejor es dejarlo ahí, puede que sin pruebas suficientes, pero al final encontrarás la paz contigo mismo.
Que estas líneas no sean una norma, sino más bien una experiencia de la que rescates lo que creas oportuno, pues no es una ciencia exacta. Pero dime ¿qué opinas sobre este asunto? ¿Se alinea con tu forma de pensar? ¿Qué mejorarías? Te invito a comentar y juntos ayudar a otros hombres intuitivos que atraviesan por la misma situación.