A lo largo de la historia hemos tenido varios opositores y hay que comprender al enemigo para aspirar a vencerle algún día.
El Capitalismo
Este modelo tiene como base a la familia tradicional, aquella compuesta por un hombre y una mujer. El rol del primero es proveer; el de la segunda, procrear. Es así, que este constructo social se convierte en un engranaje de la economía, que permite la supervivencia de la humanidad.
En la historia, la comunidad LGTBI se transforma en una fuerza disonante a este modelo y en consecuencia queda marginada. Somos más útiles, a pesar de no poseer los mismos derechos, pues las diferencias de género, raza o clase social han servido para marcar privilegios que han desembocado en la sensación de superioridad y la ausencia de justicia por parte de ciertos grupos frente a otros.
Al sentir miedo de perder nuestra estabilidad socioeconómica, nos volvemos dependientes del modelo. Pues buscaremos una seguridad en donde podamos sentirnos tranquilos a pesar de no disfrutar de una vida social plena. Queramos o no, somos más proclives a ser controlados. Al no poder procrear, en los ojos de los conservadores, nos convertimos en proyectos de familia tradicional fallidos que no aseguran la supervivencia de nuestra especie y por ello también somos rechazados.
La finalidad de hacer la problemática visible es para entender que si bien no encajamos con el modelo de familia tradicional, ello no quiere decir que no aportemos y merecemos un trato igual. Nosotros tenemos la capacidad de trabajar como cualquier otra persona y si bien no podemos procrear a través de lo sexual, pues surgen otras formas como la inseminación in vitro o incluso la adopción. Es cuestión de abrir nuestras mentes a otras posibilidades, aunque para eso necesitamos derechos que nos lo permitan. Ahora, en caso de que no queramos tener hijos, pues también ello nos permite un mayor grado de independencia financiera.
De acuerdo con el portal de noticias DNA India, en Estados Unidos el ingreso anual promedio de una pareja de dos hombres homosexuales es de 176 mil dólares, mientras que el ingreso de una pareja heterosexual tradicional es de 113 mil dólares. Si consideramos a los padres homosexuales: las parejas gays con hijos adoptados ganan en promedio 275 mil dólares al año. Esto también abre otra discusión sobre el «Capitalismo Rosa«, en donde nos convertimos en un recurso más de la sociedad que se puede exprimir.
La Religión
Por otro lado, la creencia de la existencia de una escritura divina inmortalizada en un documento al que llamamos La Biblia, hace que esta no pueda tener errores. Lo proclamamos cada vez que decimos “Palabra de dios. Palabra del señor” durante las misas, lo recitamos y convocamos a través de una fe su existencia histórica.
No pondré en duda que Dios existe, pero que los escritos hayan sido redactados por él, es una idea poco creíble, pues sus mismos capítulos nos dan razón que fueron escritos por los profetas «iluminados» que tenían una preconcepción del mundo hetero normativa.
Tampoco diré que debemos tirar al tacho la Biblia, pero entender que es una fuente abierta a la interpretación con mensajes sobre el amor al prójimo que debemos comprender y no seguir al pie de la letra.